Vacaciones en casa
“Má, estoy aburrido”
Llegan las vacaciones e inevitablemente la rutina cambia. Ya
sea que podamos irnos de vacaciones, que pasemos algunos días en el club, que
tengamos una casa de fin de semana donde quedarnos, que hayamos anotado a
los chicos en la colonia o que simplemente nos quedemos en casa, la realidad es
que nada transcurre igual que de marzo a diciembre.
Aunque planifiquemos mil cosas diferentes con el objetivo de
que nuestros hijos la pasen genial y que estén entretenidos, inevitablemente hay
una frase que seguro vamos a escucharlos decir en muchos momentos del verano,
que nos inquieta y hasta nos hace sentir culpables: “Má, estoy aburrido”.
En la actualidad la mayoría de los chicos tiene su agenda casi
tan completa como la de un adulto, no les queda tiempo para aburrirse. Y de un
día para el otro terminan las clases y también todas las actividades
extraescolares, y nos parece que el día tiene demasiadas horas, entonces surge
la pregunta: ¿Cómo llenar todos esos espacios vacíos?
La realidad es que no es necesario llenarlos, por el
contrario, es importante que los chicos tengan tiempo para no hacer nada, para
el ocio. Es bueno permitirles y brindarles la opción de tener tiempo libre, tiempo para que se aburran, ya
que en esos momentos suele emerger la creatividad.
Está bien que les demos ideas y alternativas de juego y que
nos mostremos dispuestos a formar parte de los mismos si ellos así lo desean, pero
es fundamental que no intentemos imponerles actividades o entretenimientos con el
objetivo de no escuchar que se aburren. Si “tapamos” todos estos momentos,
obturamos su capacidad lúdica y creativa, y les quitamos la posibilidad de
explorar sus capacidades y su mundo interno.
Es por esto fundamental la tolerancia y la paciencia con la
que podamos posicionarnos frente al aburrimiento de nuestros hijos, que está
vinculado con lo que nos pasa frente a nuestro propio aburrimiento. Hoy en día
es casi mal visto tener tiempo libre y mucho peor si se sabe disfrutar de él.
Pero la realidad es que es indispensable contar con este tiempo, y mucho más
aún en la infancia.
Como padres es nuestra función brindarles a nuestros hijos la
posibilidad de disfrutar del tiempo libre, del ocio, de descubrir intereses
propios relegados en el quehacer cotidiano, de hacer lo que les guste sin
actividades programadas, o simplemente de no hacer nada. Además, si nosotros
también podemos lograrlo será doblemente beneficioso y disfrutable. Y qué mejor
que las vacaciones para ponerlo en práctica!
Lic. Mariela Lopardo
Diciembre 2015
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